El poodle o el caniche es una raza canina que durante el siglo XV se consideró de uso exclusivo de los nobles. Hasta el renacimiento, este era un perro colaborador de agua: recuperaban las presas ya cazadas que habían caído al agua, como patos y cisnes. Hoy en día se les encuentra frecuentemente en las exposiciones caninas de belleza.
Tamaños y Tipos
Existen cuatro variedades: grande, mediano, enano y toy. Aparte del caniche común, también existen muchas mas variedades .Se cree que es la variedad original de la que surgieron las demás a través de cruces para reducir la talla. La altura a la cruz varía desde 45 a 60 cm, se admite 2 cm de más, siempre que el ejemplar guarde las proporciones.
En las exposiciones celebradas bajo las normas de la FCI, los ejemplares de color negro, blanco y marrón se juzgan en un mismo grupo para la obtención del CACIB. Lo mismo ocurre con los ejemplares de color gris, albaricoque y rojo; el mejor de cada uno de estos grupos pasa a un juicio final para determinar el mejor ejemplar de la variedad.
- Mediano: También es llamado estándar. Mide de 35 hasta 45 cm de cruz, y como en todos los tamaños, solo se aceptan los colores lisos en el pelaje. Colores: blanco, negro, gris, marrón, albaricoque o rojo.
- Enano: También conocido como miniatura. Esta variedad presenta una altura a la cruz menor a los 35 y mayor a los 28 cm. Tiene que parecer un caniche de tamaño mediano, pero más pequeños y no presentar ningún signo de enanismo. Como en las variedades más grandes, son juzgados agrupados por colores.
- Toy: La variedad tiene una altura de menos de 28 centímetros a la cruz o alzada, siempre que se mantengan las proporciones y que no presenten ningún síntoma de enanismo. Se juzgan todos los colores juntos.
Hasta los seis meses el perro es cachorro. La adolescencia llega hasta los 12 meses, y después ya se le puede considerar adulto. La vida media de un perro está entre los 12 y los 16 años. En casos excepcionales pueden vivir hasta los 20 ó 25 años pero, normalmente, a los 10 años un perro ya es viejo. Por regla general, las razas pequeñas viven más que las grandes. En la duración de su vida influyen, obviamente, el ambiente, los cuidados, la alimentación e higiene, etc.
El celo de la hembra
Se llama celo a los períodos de receptividad sexual de las hembras. En general las perras tienen dos épocas de celo al año, con seis meses de diferencia.
La hembra tiene su primes celo entre los 6 meses y el año de edad. La primera manifestación física del celo es el incremento del apetito y el desasosiego. El período de celo de una perra dura 21 días.El momento ideal para la cría es al tercer celo, alrededor de los dos años de edad.
Varias eyaculaciones
Cuando el perro monta a la hembra, repite movimientos rítmicos con cada envestida. No tarda en llegar una primera eyaculacion, aunque este líquido de color claro es estéril, exento de espermatozoides. En este momento el macho se gira, y los dos animales quedan en posición opuesta respecto al otro. El movimiento, en el que la penetración continúa, se conoce como volteo; y es aquí cuando se completa la erección del macho. Ocurre entonces una segunda eyaculación, esta vez blanca y cargada de espermatozoides. Es la que dejará preñada a la perra. Ahora toca asegurar el embarazo.
Pegados hasta una hora
Lo que sucede a continuación es exclusivo de los perros y sus parientes salvajes los lobos: la base del pene se hincha y se engancha dentro del cuerpo de la hembra. El bloqueo de los dos animales, uno dentro del cuerpo del otro, se conoce como abotonamiento.
Los perros quedan unidos en sentidos opuestos, y este peculiar acoplamiento puede prolongarse durante más de una hora. El pene del macho marca el fin del estrecho vínculo: cuando el glande se relaja, pierde grosor y los animales se separan.
Algunos científicos creen que este singular mecanismo le da al esperma del macho una ventaja sobre potenciales competidores futuros, ya que en el mundo animal la fidelidad no siempre es la norma.
Gestacion y Parto
Una vez que se confirma el estado de gravidez de nuestra perra, ésta necesita cuidados y atenciones específicos tanto hasta el momento del parto como una vez paridos todos los cachorros.
Precauciones sanitarias
Es conveniente que la hembra se encuentre perfectamente vacunada y desparasitada antes de que se produzca el embarazo, de modo que su sistema inmunitario esté en perfecto estado para una mayor seguridad de los cachorros. En caso de que se deba vacunar a la hembra no se puede efectuar esta operación hasta que se haya destetado la camada, sí se puede desparasitar alrededor de los 30-45 días de gestación.
Gestacion
Durante el primer mes de embarazo apenas si aparecen síntomas que certifiquen su estado, por lo que para asegurarse de que recibe la alimentación adecuada para el desarrollo de los fetos se le proporcionará un pienso para cachorros desde un tiempo después de ser cubierta por el macho; en caso de no haberlo hecho en un primer momento, el cambio de dieta se debe efectuar en cuanto se tenga certeza de su peñez. Este punto es muy importante, sobre todo en la segunda mitad de la gestación, puesto que este es el momento de mayor desarrollo fetal.
La mejor manera de asegurarse que la perra está preñada es realizando una ecografía alrededor de los 25-30 días después de la última monta. Con la ecografía no sólo se determina el estado de gravidez de la perra sino que se contrasta el estado general de los embriones y su ritmo cardíaco; asimismo, permite un análisis del aparato reproductor de la madre. También es habitual realizar una radiografía alrededor de las seis semanas; en contra de lo que pueda parecer esto no influye negativamente en el desarrollo de los fetos. La radiografía suele ser un buen método para determinar con exactitud el número total de cachorros.
El período de gestación oscila entre 57-63 días, según la raza y el individuo, de modo que una media como especie sea de dos meses. Si una vez transcurrido dicho período no tiene lugar el nacimiento de los cachorros, se hace imprescindible la visita al veterinario para que se estime la inducción del parto o la cesárea.
Parto
Una vez concluida la gestación, llega el momento del parto. Los síntomas más claros de que se va a producir son que la vulva se relaja, se segrega leche, disminuye la concentración de progesterona en sangre y la temperatura corporal de la perra baja un grado.
Lo normal es que ella se encargue de todo, de modo que no es necesario intervenir. Sólo se debe prestar atención al hecho de que aun produciéndose contracciones no se efectúe el nacimiento del cachorro o que la hembra se muestre muy abatida.
El tiempo que transcurre entre el nacimiento de los distintos perritos no es siempre el mismo, puede nacer uno cada 15 minutos o cada cinco o seis horas. Es muy raro que una perra no se ocupe de limpiar al cachorro, cortarle el cordón umbilical, estimular su respiración mediante continuos lametones y que mame lo antes posible. De no ser así, los cachorros deben ser atendidos por su cuidador, quien realizará todas estas funciones en lugar de la madre.
Es muy fácil percibir cuándo ha finalizado el parto, puesto que la actitud de la perra cambia por completo, disminuye su nerviosismo, desaparecen los jadeos y comienza a relacionarse con normalidad con los miembros de su entorno.
Cachorros de perro poodle recién nacidos, ¿cómo cuidarles?
Para cuidar a un perro pequeño, hay que vigilar la humedad y temperatura de su habitación, así como pesarle a diario
Criar en casa a un perro recién nacido implica cuidar aspectos como la humedad de la habitación de los cachorros y conocer la importancia que tiene la temperatura para los neonatos. Los perros nacen ciegos y sordos y, hasta que cumplen tres semanas de vida, tienen escasa movilidad. Son muy dependientes de los cuidados de la madre o, en su ausencia, de sus dueños. Proporcionar el alimento suplementario que necesiten y velar por el desarrollo emocional de los cachorros es esencial para atender a un cachorro de perro recién nacido.
Tras el parto de la perra, es recomendable comprobar el estado de salud de los pequeños cachorros. Es importante asegurarnos de que no tienen ningún problema, sino que están sanos y fuertes. Uno de los indicadores más fiables sobre el correcto desarrollo del perro recién nacido es su peso, que tiene que ser acorde a su edad y raza. Para asegurarnos de que es así, se debe pesar a los cachorros a diario, para comprobar que duplican su peso entre el séptimo y el décimo día de vida. A su vez es importante mencionar, que a esta raza en general, por cuestiones esteticas, se le hace un corte de cola, y es recomendado hacerlo luego de la primera semana, ya que es menos doloroso para el cachorro por el echo de que no caminan y es menos probable que se puedan lastimar.
Alimento suplementario para el pequeño perro
La producción de leche de la madre comienza a disminuir cuando ha transcurrido un mes desde el nacimiento de los cachorros. Para entonces, sin embargo, las necesidades alimenticias de los pequeños perros siguen en progresión. Por ello, es recomendable aportarles alimento extra de manera paulatina a partir de la tercera semana de edad.
En el mercado se venden papillas, pero otra opción es utilizar el pienso específico para cachorros, al que se puede añadir agua para que adquiera textura de papilla. La ventaja de esta alternativa es que, cuando llegue el momento de separarse de la madre, alrededor de las siete semanas de vida, el cachorro estará muy bien adaptado a su nuevo alimento.
Otro aspecto destacado es que, tanto la madre como los cachorros, tienen que desparasitarse con cierta frecuencia. También se debe comenzar con el calendario de vacunaciones para garantizar la salud de los animales. Quien mejor nos puede asesorar sobre ambos aspectos es el veterinario, que aconsejará a la vez sobre la alimentación más adecuada tanto para la hembra que acaba de parir, como para los cachorros.
Desarrollo emocional de los cachorros
El período más importante para que el cachorro aprenda a ser sociable es el comprendido entre las tres y las doce primeras semanas de vida. Es entonces cuando el perro aprende más sobre situaciones nuevas. Según Manuel Lázaro, veterinario de la clínica Mirasierra de Madrid, "es importante acariciar a los cachorros a partir de los 15 días de vida, cuando abren los ojos, porque estos contactos físicos, unidos a nuestra voz y otros sonidos que no sean estridentes, ayudan al cachorro a adaptarse a su nuevo entorno".
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